entre nubes plateadas,
y los rabillos del viento
pintan el poniente amanerado.
la ceniza de la tarde
nos ata con el arnés de la poesía.
del blanco papel,
atenúa la caída involuntaria.
que el reloj aleja del verso.
en el vaivén de la tarde,
pero el fin es el preludio
de la nueva alegoría,
de la poesía pura.
Rosa Maria Carrasco
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